Mi nombre es Jim Yacoub.


En 2015, cumpliendo 18 años sali de Francia y empecé mi vida aquí en Madrid. Entre una recién independencia y la necesidad de aprender a comunicar en español, los años pasaron volando. Sin embargo profesionalmente no encontraba "lo mío", me consideraba afortunade de tener trabajo pero no sabía muy bien en qué ámbito iba a poder desarrollarme.

Llegó 2020, la pandemia y después de la cuarentena, me dió por participar a un taller de un par de horas de talla de cuchara de madera. 

Fue en ese taller que me enamoré de la madera, tanto del material en si como de su trabajo. 

Desde ese día todo se desencadenó: descubrí el mundo de la talla ornamental, los miles de tutoriales en Internet, me puse a aprender a tallar en casa; luego me abrí al mundo de la fabricación de mueble, me sumergí en toda la información online acerca de las técnicas y de las herramientas, y de repente mi pequeño piso de alquiler estaba lleno de trozos de madera por todos los sitios, de sierras japonesas, de gubias, de formones, de barniz y de aceite.

Tuve la oportunidad de realizar un cursito sobre las nociones básicas de carpintería, y a continuación la suerte de poder aprender "sobre la marcha" con profesionales del sector.

Después de 2 años, decidí dar el paso y montarme mi propio taller para dedicarme a lo que descubrí siendo mi vocación.

Aunque la realidad de ser autónomo no esté para romantizar, me considero muy afortunade y me siento muy agradecide de poder vivir de mi pasión, de haber tenido clientes que han confiado en mí y en mi trabajo y de terminar cada día con mil proyectos en la cabeza (y algo de virutas de madera en el pelo).